miércoles, 29 de septiembre de 2010

Ode a la migraña, parte 2.


Alguna vez, durante un ataque de migraña le comenté a una ex novia sanguinaria: "la migraña es mi mujer favorita, nunca me ha abandonado". Ella me respondió "si, es tu favorita porque es a la única que le eres fiel".

Creo que la portada del disco, y su título "Obsessed by Cruelty" de Sodom,  representan adecuadamente mi sentir respecto a este siniestro padecimiento.
 
Después de un intenso ataque sin tregua por parte de la migraña, con duración de 14 días, estoy de regreso en el blog.
Sangriento lector, si tú sufres de este padecimiento no me dejarás mentir el establecer que es un dolor tan intenso que te hace pensar en suicidio... bueno, al menos ronda por algún instante la idea por la mente.

Siendo realistas, es un dolor capaz de neutralizar tus sentidos, incrementar tu capacidad para sufrir,  y solo admite como medio de defensa el no moverte. ¿Irónico, no?.

En mi caso, fueron casi las 24 horas de 14 días de sufrir punzadas, tener el lóbulo derecho inflamado, ojo derecho hinchado (casi sentía que me salía sangre de él), el oído derecho a punto de reventar, ver luces rojas, tener sueños/pesadillas espeluznantes, etc.   Acumulado a esto, me pegó una gripa fuerte, malestar en todo el cuerpo, tos de becerro siendo sacrificado, náuseas, entre otros malestares. Sanguinarios lectores, esta vez pensé que no la contaba.

No obstante, reté a la migraña y salí a festejar mi cumpleaños en 2 ocasiones. La intenté ahogar con whisky. También la ataqué con "cafiaspirinas", aspirinas normales, la sublingual de Supradol, la misma pastilla de Supradol que siempre me había dado resultado, y la todopoderosa Relpax. Respecto a esta última pastilla, les informo que NO ES RECOMENDABLE tomar más de 3 en un periodo de migraña debido a que puede acelerar tu ritmo cardiaco, generar algún problema neuronal, o incluso cuestiones como derrames. Yo lo hice, me tomé 3. Así era  mi desesperación.

La migraña regresó enfurecida durante varias madrugadas en represalia.

No sé si fue por sugestión mental, o porque aplicó la frase de "no hay mal que dure 100 años", o yo qué sé, pero recurrí al viejo remedio de encender un cigarro, darle el toque, e insertar el cigarro (del lado por donde fumas) en tu oído. Lentamente sentí como el cigarro "crujeaba", "se fumaba rápidamente", y al instante el dolor se fue. Ya no regresó en la madrugada, ni en el crepúsculo, ni en el día, ni en el medio día, ni en la tarde, ni en la noche ¿Curioso no?. En ocasiones siento que todo es obra de alguna mala vibra o cuestión sobrenatural. Me lo han sugerido.

Octubre será mucho mejor, lo prometo. 
Disculpen por los inconvenientes.

Después del desastre, Seguimos trabajando en el sitio.

1 comentario:

  1. Gracias querida. Ya sabes, me fascinan este tipo de relaciones destructivas en las que siempre hay dolor.

    Jaja, ya me estoy tratando. Creo que el Neurólogo no vió nada "Importante" así que, al menos por un buen rato seguiré en las sombras.

    ;) Saludos!! Un abrazote. Ya hay que vernos.

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Comentarios Sangrientos