viernes, 9 de noviembre de 2012

Proyección de "Nosferatu" (1922) en la Iglesia de St. Barnabas (Ealing, Londres).

¡Saludos sangrientos lectores!
 
En ésta ocasión les platicaré sobre mi noche de "Halloween" sui generis.
 
Desde puberto he seguido todas las rutas friki posibles, y el destino me llevó a éste lugar durante una fría noche de 31 de octubre.

Acompaño el recorrido con fotografías que yo mismo tomé.

El lugar: St. Barnabas Church.
La Película: Nosferatu (1922). 
La frase promocional del evento era ésta:
"¿Puedes imaginar algo más tenebroso que ver Terror Gótico en una iglesia durante la noche de Halloween?.
 
Suficiente para convencerme, claro está..

MÚSICA DE ÓRGANO EN VIVO
"Si el film y el escenario de la iglesia no son lo suficientemente tenebrosos, música de órgano en vivo interpretada por Paul Jeanes acompañará la proyección, trayendo en vida la emoción de las escenas. 
 
Si estás hambriento, no te preocupes ya que habrá comida caliente, snacks, y bebidas disponibles para comprar en el lugar. Nosferatu en la iglesia de San Barnabás es una obligación para los fans del Terror clásico y es definitivamente una manera única para celebrar éste Halloween".
 
Esa era la descripción del evento al llegar al lugar.
Mi gen friki y expectativas altas me dirigieron al lugar en la fecha indicada. No podía hacer algo más. Al carajo con las fiestas de disfraces. Al carajo con pedir "dulce o truco". He dedicado mi vida a ésta profesión no-pagada y sé cuál debe ser mi destino.


¿Valió la pena la experiencia? Definitivamente si. Excepto por la comida. 


Pasos antes de llegar al lugar, me topé con ésta advertencia en una parada de autobús. Me sentí de pronto como en "El Último Exorcismo". Mi emoción extraña incrementaba.
Ahora, al arribar al lugar, me invadió un sentimiento muy raro. La atmósfera era digna de un film de Horror. Un poco de neblina, mucho frío, se escuchaba el aullido del viento, y el aspecto de la iglesia no podía ser más tétrico.
Leí un letrero que te dirigía a una mesa estilo taquilla donde pagabas por la admisión. Después te dirigen a una especie de salón donde se vendía la comida (pasta, snacks), y bebidas (vino, refrescos, cerveza). 
 
Ahí se podía escuchar el sonido de cuando una gota cae en una cubeta a través de bocinas grandes. Las luces eran ténues y combinadas con rojo, azul, y negro.
Minutos antes de que iniciara la proyección, los organizadores (que es la comunidad de la iglesia) te llevan al atrio. Al ingresar tomé una foto, y el reverendo (con copa de vino en mano) me dijo bromeando que "quería que le enviara esa fotografía ya que no tramité el copyright necesario".


El lugar era escalofriante. Demasiado gótico.  Las mismas luces del cuarto anterior pero con el imponente estilo arquitectónico del lugar. En frente, la proyección del film.

El público presentaba todo tipo de edades. Desde pubertos, pasando por adolescentes, jóvenes de universidad, parejas de 40 años, hasta ancianos. 
 
Todos respetaron al film. 
 
Cierto, la experiencia ofrece risas involuntarias, suspiros, y hasta gritos de miedo. (Lean mi reseña del film).

La música en vivo fue impactante: Capturó de manera perfecta el tono del film en sus diferentes facetas. Melodías folklóricas y alegres en los encuentros entre Hutter y su esposa, Helena. El órgano alcanzando sus niveles más altos y agudos cuando aparecía el Conde Orlok, y hasta un poco de melancolía en el desenlace. Impresionante. 
 
Todo basado en la música original de la que se conoce poco ya que en 1922 fue destruída por algunas disputas legales. Creo que es justo decir que el 50% del resultado final es la música. 
 
Si bien el film al ser silencioso aporta una vibra muy peculiar, con la música adecuada alcanza otro nivel de expresión inusitado. Cobra vida.

Al final, todos aplaudieron. El reverendo del lugar dio algunas palabras y el organista fue ovacionado.
Una experiencia demasiado tenebrosa pero con mucha dicha.
Al salir, el viento soplaba más. Se podía ver chicas en modo fiesta en disfraces de Halloween esperando el autobús. 
 
Rondaban por el vecindario los últimos niños en pedir "trick or treat". 
 
Aún así, se respira desolación. Uno de los mejores films de Terror en la historia había sido proyectado en un lugar ad-hoc que capturó perfectamente su esencia.
Si me preguntan, digo con certeza que es la noche de "Halloween" ideal.
 
Un film que te asuste, público que grite, pésima comida, clima de incertidumbre, y claro, sabiendo que es una noche especial. 
 
Halloween, el equivalente a la Navidad para muchos de nosotros.

Ésta fue la última imagen que tuve del lugar antes de retirarme.
 
Estoy seguro que pasarán los años y recordaré ésta experiencia.
Se impregnó en mi esencia macabra.

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